martes, 28 de agosto de 2012

NACE UNA NUEVA DERECHA, UNA DERECHA POPULAR



En el Perú, durante décadas la izquierda peruana se ha atribuido su origen en las esferas populares, en el pueblo mismo. Durante décadas, la izquierda peruana dice luchar contra la tiranía de los "todo poderosos" de la derecha peruana que gobiernan el país. Durante décadas la izquierda tiene secuestrado el término "popular" como suyo, como algo propio.

El Perú es una tierra de emprendedores, una tierra en dónde la gran mayoría no es pobre como bien lo afirma nuestro reconocido economista Hernando de Soto. En el país así como en muchos otros países latinoamericanos y del mundo, las grandes transnacionales no son los principales generadores de empleos sino las micro y pequeñas empresas. Muchas de estas pequeñas empresas tienen su origen en los conos de la capital y han sido fundadas por emigrantes provincianos a la gran ciudad. Y así como en la capital, existen muchas otras en el resto del país.


Sumado a ello, desde hace dos décadas el país se abrió al mercado internacional atrayendo capitales y con ello nuevas fuentes de trabajo, desde entonces el país no se detiene debido a la pujanza de sus habitantes. En todos ellos descansa la columna vertebral del país. Esta nueva fuerza que emerge y acienta los pilares de la nación es la nueva derecha, una derecha popular que alcanza a personajes como el emolientero de cualquier esquina que lucha y vive el día a día tratando de procurarse un bienestar mejor para él y su familia. En esta nueva derecha popular están también inmersos los bodegueros, los carniceros, los lecheros, los panaderos, los zapateros , los anticucheros y los pequeños canillitas. Todos ellos se han procurado su propio empleo, su propio sostén a través de pequeños negocios familiares o personales.

La idea de un futuro mejor a través de estos pequeños negocios es lo que ha hecho crecer al país y generar nuevas fuentes de trabajo.

A esta nueva derecha pertenecen todos aquellos quienes hemos sobrevivido a los años del terrorismo y que decidimos no abandonar el país y quedarnos a componerlo, a poner el hombro, a seguir de pie aún cuando el país era ingobernable. A esta nueva derecha pertenecen los nuevos profesionales emigrados de las universidades públicas y privadas que apuestan por quedarse en el Perú a dejar su mejor esfuerzo y seguir construyendo la nación.

En esta nueva derecha no están presentes los grandes monopolios ni los grandes capitales, aunque si algo nos une a la derecha tradicional es que ambos sectores deseamos el orden, el progreso y la seguridad. Aquellos que no deseamos más los viejos discursos de la izquierda que fija todos los males del país en la derecha con sus discursos populistas y de corte ideológico. La nueva derecha por el contrario, sólo tiene un ideal; el bienestar común.

La Nueva Derecha, La Derecha Popular, condena los actos violentistas y extremistas de los grupos más radicales de la izquierda así como repudia los años de violencia vivida a través de Sendero Luminoso, El MRTA y otros más. Condenamos los bloqueos de carreteras, el desorden público y el atentado contra la propiedad pública y privada. No condenamos las protestas pacíficas porque están están amparadas en la ley.

Asimismo, condenamos y repudiamos a los grupos caviar que aseguran ser los guardianes de los Derechos Humanos en el país cuando a todas luces persiguen objetivos vanidosos e intolerantes con quienes deseamos el orden en las calles, tildándonos de "fachos". Condenamos ese estilo hipocritón en el lenguaje que usan los organismos de Derechos Humanos en el Perú. Desde aquí exigimos mayores controles y filtros a estos grupos plagados de ONGs y demás con el fin de determinar sus verdaderos objetivos, sus fuentes de financiamiento, sus estrategias, sus personajes.

La Nueva Derecha por tanto, tiene en su naturaleza ser anticaviar por considerar a estos últimos nefastos para el buen desarrollo del país. La liberación de terroristas seudo arrepentidos o la búsqueda o satisfacción  placentera de sus "Derechos Humanos" es la más obscena de todas las felonías hacia el bolsillo de todos los peruanos que somos quienes finalmente pagamos esos atropellos procedientes de los Organismos Internacionales del rubro.

De otro lado, la nueva derecha también tiene entre sus filas a numerosos compatriotas residentes fuera del país que siguen las noticias en los diferentes medios y quienes esperan con fe que el país mejore cada vez y que se acienten las bases de una sociedad moderna.



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