Sra. Keiko Fujimori
Con la mayor sinceridad debo expresarle que no le di mi voto en primera vuelta y que con temor legítimo y envuelto en las emociones y juicios más íntimos, su candidatura no es de mi agrado. Sin embargo, ante las situaciones debemos poner el pecho y dar lo mejor de nosotros mismos para poder sortear con éxito las dificultades que se presentan. He tomado el tiempo necesario para meditar acerca de que opción elegir en segunda vuelta ya que considero que el voto en blanco o viciado es un voto mezquino para con los intereses del país. Tengo en claro que evitarnos la "molestia" de elegir no es sino una acto de cobardía.
Por tanto, me dirigo a usted con el propósito de hacer de público conocimiento ante mis familiares, amigos y conocidos que considero que el voto a la agrupación que usted representa es el mal menor en estas presentes elecciones presidenciales.
Con la mayor de las seguridades, estoy convencido de que mi voto al igual que el de muchos peruanos, pasa por alto el alto costo social que significo el gobierno de su padre y del que usted a "mucha honra" se jacta. Por tanto no nos pida olvidar los actos de corrupción del gobierno fujimorista así como tampoco las violaciones a los Derechos Humanos . El gobierno de Alberto Fujimori me hizo pasar por la peor de las verguenzas como ciudadano peruano. La imagen del país y la de todos los que hemos nacido en este suelo era paupérrima. Afortunadamente eso ha cambiado mucho de un tiempo a esta parte.
Infiero que usted misma debe ser conciente de que lleva sobre sus hombros la responsabilidad moral de limpiar el rostro del fujimorismo como partido político y con ello también el apellido que ostenta. Reparo en que en la intimidad de sus pensamientos ha tomado conciencia de que liberar a su padre en un eventual gobierno suyo significaría burlar a quienes hemos hemos decidido elegirla en esta segunda etapa electoral. Intuyo además que su juicio es capaz de colocarse en la situación y en el enorme descontento social que, dicho hecho generaría. Su candidatura tanto como la del militar en retiro tienen una amplia resistencia. Por tanto, de hacerlo, estoy seguro de que medio país saldrá a las calles a protestar y la otra mitad a brindarle su apoyo, lo que podría ocasionar en el peor de los escenarios, una guerra civil.
Asimismo, de ninguna manera debe abrir las cárceles y liberar a aquellos que merecen las penas que ya han sido impuestas con anterioridad por autoridades democráticas. No libere a los sentenciados por violaciones a los derechos humanos ni mucho menos aún a los sentenciados por corrupción. Usted debe iniciar un nuevo capítulo para su partido en el país, un capítulo limpio, un capítulo de concenso y reconciliación, uno capaz de unir fuerzas que permitan la gobernabilidad democrática.
Si libera a su padre, usted misma desterrará a los Fujimori del país y sus hijos y su familia misma jamás podrán erguir el pecho en el interior de nuestras fronteras en señal de orgullo. No se atreva siquiera a dar el mínimo indicio de que algo así podría suceder. Su padre merece la pena impuesta. Su deber como hija es reconstruir el partido, limpiar su apellido, construir una nueva historia. Deshágase de los dinosaurios políticos que acompañarón el gobierno de su padre, gane el voto de los jóvenes con las reformas en el interior de su partido. Dele cabida a los nuevos fujimoristas, a los fujimoristas jóvenes y permítales la dirección del mismo. Por lo pronto, el haber pedido disculpas públicas por los excesos del gobierno fujimorista, es un buen paso. Continue usted en ese sendero y ganará la credibilidad que necesita para imponerse a su rival en esta segunda vuelta.
Mi nombre es Omar, segundo hijo de la familia Salvador Rodríguez y padre de una niña de diez años, quien espero se sienta orgullosa alguna vez de que su padre tuvo la firme decisión de expresar sus ideas públicamente, dejando de lado con ello la crítica y la mala fé de la que algunas personas hacen gala.
Mis mejores deseos para usted en esta segunda vuelta electoral.
Con la mayor sinceridad debo expresarle que no le di mi voto en primera vuelta y que con temor legítimo y envuelto en las emociones y juicios más íntimos, su candidatura no es de mi agrado. Sin embargo, ante las situaciones debemos poner el pecho y dar lo mejor de nosotros mismos para poder sortear con éxito las dificultades que se presentan. He tomado el tiempo necesario para meditar acerca de que opción elegir en segunda vuelta ya que considero que el voto en blanco o viciado es un voto mezquino para con los intereses del país. Tengo en claro que evitarnos la "molestia" de elegir no es sino una acto de cobardía.
Por tanto, me dirigo a usted con el propósito de hacer de público conocimiento ante mis familiares, amigos y conocidos que considero que el voto a la agrupación que usted representa es el mal menor en estas presentes elecciones presidenciales.
Con la mayor de las seguridades, estoy convencido de que mi voto al igual que el de muchos peruanos, pasa por alto el alto costo social que significo el gobierno de su padre y del que usted a "mucha honra" se jacta. Por tanto no nos pida olvidar los actos de corrupción del gobierno fujimorista así como tampoco las violaciones a los Derechos Humanos . El gobierno de Alberto Fujimori me hizo pasar por la peor de las verguenzas como ciudadano peruano. La imagen del país y la de todos los que hemos nacido en este suelo era paupérrima. Afortunadamente eso ha cambiado mucho de un tiempo a esta parte.
Infiero que usted misma debe ser conciente de que lleva sobre sus hombros la responsabilidad moral de limpiar el rostro del fujimorismo como partido político y con ello también el apellido que ostenta. Reparo en que en la intimidad de sus pensamientos ha tomado conciencia de que liberar a su padre en un eventual gobierno suyo significaría burlar a quienes hemos hemos decidido elegirla en esta segunda etapa electoral. Intuyo además que su juicio es capaz de colocarse en la situación y en el enorme descontento social que, dicho hecho generaría. Su candidatura tanto como la del militar en retiro tienen una amplia resistencia. Por tanto, de hacerlo, estoy seguro de que medio país saldrá a las calles a protestar y la otra mitad a brindarle su apoyo, lo que podría ocasionar en el peor de los escenarios, una guerra civil.
Asimismo, de ninguna manera debe abrir las cárceles y liberar a aquellos que merecen las penas que ya han sido impuestas con anterioridad por autoridades democráticas. No libere a los sentenciados por violaciones a los derechos humanos ni mucho menos aún a los sentenciados por corrupción. Usted debe iniciar un nuevo capítulo para su partido en el país, un capítulo limpio, un capítulo de concenso y reconciliación, uno capaz de unir fuerzas que permitan la gobernabilidad democrática.
Si libera a su padre, usted misma desterrará a los Fujimori del país y sus hijos y su familia misma jamás podrán erguir el pecho en el interior de nuestras fronteras en señal de orgullo. No se atreva siquiera a dar el mínimo indicio de que algo así podría suceder. Su padre merece la pena impuesta. Su deber como hija es reconstruir el partido, limpiar su apellido, construir una nueva historia. Deshágase de los dinosaurios políticos que acompañarón el gobierno de su padre, gane el voto de los jóvenes con las reformas en el interior de su partido. Dele cabida a los nuevos fujimoristas, a los fujimoristas jóvenes y permítales la dirección del mismo. Por lo pronto, el haber pedido disculpas públicas por los excesos del gobierno fujimorista, es un buen paso. Continue usted en ese sendero y ganará la credibilidad que necesita para imponerse a su rival en esta segunda vuelta.
Mi nombre es Omar, segundo hijo de la familia Salvador Rodríguez y padre de una niña de diez años, quien espero se sienta orgullosa alguna vez de que su padre tuvo la firme decisión de expresar sus ideas públicamente, dejando de lado con ello la crítica y la mala fé de la que algunas personas hacen gala.
Mis mejores deseos para usted en esta segunda vuelta electoral.
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