En mis años de adolescente - etapa en la que muchas cosas te terminan definiendo - oía diversos géneros musicales. De todos ellos, el rock representa para mí algo especial. La fuerza de su notas me revive, me llena de energía. Disfruto del rock por permitirme liberar esa energía que se condensa a la altura de mi vientre y que me hace destilar adrenalina.
A mis 16 años tuve el placer de sentir la vehemencia de una guitarra eléctrica. Algunos de mis compañeros de aula se atrevieron a conformar un grupo de Rock y aunque no pasaban de la incipiencia, sus ganas de pasarla bien nos hacía seguirlos a todas partes.
Los cumpleaños y las ceremonias de la escuela eran las ocasiones para presentarse.
Recuerdo las mentiras que usé para convencer a mi madre de que me dejara asistir a mis reuniones adolescentes. Gracias a esas mentiras pude ingerir mis primeros vasos de cerveza y sentirme un pecador en las nubes con los primeros puchos. Me pavoneaba frente a las chicas intentando demostrar que era todo un fumador y un experto bebedor.
Cantábamos a pulmón partido, jugábamos a ser los héroes y a tener un congraciado club de fans que nos acompañaba a plena conciencia. "Tirarse la pera" era una cuestión de aceptación social, un hecho que marcaba tu reputación estudiantil.
A mis 16 años tuve el placer de sentir la vehemencia de una guitarra eléctrica. Algunos de mis compañeros de aula se atrevieron a conformar un grupo de Rock y aunque no pasaban de la incipiencia, sus ganas de pasarla bien nos hacía seguirlos a todas partes.
Los cumpleaños y las ceremonias de la escuela eran las ocasiones para presentarse.
Recuerdo las mentiras que usé para convencer a mi madre de que me dejara asistir a mis reuniones adolescentes. Gracias a esas mentiras pude ingerir mis primeros vasos de cerveza y sentirme un pecador en las nubes con los primeros puchos. Me pavoneaba frente a las chicas intentando demostrar que era todo un fumador y un experto bebedor.
Cantábamos a pulmón partido, jugábamos a ser los héroes y a tener un congraciado club de fans que nos acompañaba a plena conciencia. "Tirarse la pera" era una cuestión de aceptación social, un hecho que marcaba tu reputación estudiantil.
La jornada terminaba con la llegada de los padres de las chicas, quienes veían a sus hijas ensalsarse con un grupo de mocositos que seguramente pensaban que eran "estúpidos" - algunas veces hacíamos cosas estúpidas, aunque aún así, ellas nos acompañaban - y con dotes de casanovas. Afortunadamente, en mi caso, lo remilgado de mi conducta fue impuesto por mi madre y me dirigía de forma muy respetuosa a las personas mayores. Las potenciales suegras me mostraban su aprobación a manera de sonrisas al igual que los potenciales suegros quienes estrechaban mi mano con gusto y complacencia.
Incluso las ocasiones en las que nos oyeron cantar y apalear los oídos de los vecinos con nuestras melodías; los padres, rememoraban sus épocas doradas tratando quizás de emular la onda hippie.
Aquí uno de los temas.
Guns N Roses - Sweet Child O Mine En Vivo
Incluso las ocasiones en las que nos oyeron cantar y apalear los oídos de los vecinos con nuestras melodías; los padres, rememoraban sus épocas doradas tratando quizás de emular la onda hippie.
Aquí uno de los temas.
Guns N Roses - Sweet Child O Mine En Vivo
Lo descargé del siguiente Link:
http://www.youtube.com/watch?v=HRyqOCEKQaU
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