martes, 16 de marzo de 2010

El ideal va primero

Desde que hice de mí un hombre más preocupado por mi desarrollo social, crecí inspirado por los conceptos de la Revolución Francesa. El sentimiento que genera mi instrospección acerca de dichos conceptos, mantienen en vilo mis ansias de ser mejor. Por ello suelo aislarme de manera dramática en la soledad de mis ideales.

En el limbo de mi soledad he descubierto lo enmarañado que traigo las emociones y lo complejo que resulta entenderme a mi mismo. Sin embargo no me aterra vivir en constante duda, ya que sólo ella es la única que pemite la anexión de nuevos conceptos.

Dios es un mismo
Rubêns por siempre

No soy indiferente a las sensaciones humanas más despojadas de la gracia que trae consigo el placer de vivir dignamente. La filantropía es una de mis mayores ambiciones y procurar el bien común uno de mis mayores delirios.

Odio la guerra y todas sus consecuencias.

El clamor humano que se asocia a la desesperanza, oye su propio eco en los políticos y sus ilusiones marchitas recorren pasillos palaciegos sin ser vistos ni oidos. Los pueblos y sus costumbres tienen algo en cómún que enaltece la reciprocidad. Preservarse mutuamente.

Mis ansías de entender el comportamiento humano especialmente en el contexto social que es en donde a mi juicio se producen los cambios estructurales, de momento es nula. Estoy convencido de que a medida en que se crece socialmente, se está preparado para servir con vocación y entendimiento.

Aún estoy en el amanecer del entendimiento social y político. Aunque ello no me inhibe de compartir un deseo, una ilusión, un ideal.

!Zombie!




http://www.youtube.com/watch?v=k0B41sr7XOk

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